“De Camarera de una prestigiosa cafetería de Pamplona a Religiosa Enfermera en las Siervas de María".
Soy la mayor de cuatro hermanas. En edad temprana tuve que empezar a trabajar para ayudar a mi familia. Trabajé como camarera durante ocho años, sintiéndome muy feliz y contenta en mi trabajo y muy querida y valorada por mi familia y amistades.
A raíz de un retiro espiritual, sentí la llamada del Señor, a la que no dudé en dar respuesta. La decisión fue dura y el despegue de todo mi entorno costaba lo suyo. Estoy segura de que sólo la fuerza de Dios me sostenía en aquellos momentos, humanamente tan duros e incomprensibles…
Después de solicitar un año de excedencia en mi trabajo, ingresé en el Noviciado de las Siervas de María.
Pasados los años de formación, me dediqué al cuidado de los enfermos en las distintas comunidades donde he estado: Cataluña, Italia, Zaragoza, Valencia.
Muchas han sido las experiencias de esta etapa. Unas gozosas y otras no tanto. Pero siempre he experimentado la cercanía de Dios a través de su Divina Providencia.
Hoy, al paso de los años, de mi corazón brota un “GRACIAS, SEÑOR POR EL AMOR QUE HAS DERRAMADO EN MI VIDA”. Mi mayor deseo e ilusión es que Cristo sea conocido y amado por todos los hombres y que cada Sierva de María sea testimonio de “SU AMOR Y SU TERNURA”.
(Sor Soledad Martos S. de M.)