El purpurado brasileño Cardenal João Braz de Aviz habla sobre la vigilia y sobre la paz
El cardenal brasileño João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, participó en la vigilia en San Pedro para pedir la paz en el mundo.
Al finalizar el acto, habló sobre lo vivido en la vigilia y explicó que "nosotros creemos que Dios es un Dios de la paz" y que "la humanidad, aunque sí ha tenido siempre una historia con muchas guerras, quizá esté llegando a un punto de maduración sobre todo ahora con la globalización en la que es necesario que la conciencia de la paz sea mucho más profunda".
Así mismo, señaló que es necesario pedir a Dios esto porque el hombre y la mujer por sí solos no pueden. Conociendo el resultado de las guerras, el dolor que provienen de ellas y que nunca traen nada bueno afirmó que "quizá esto esté pidiendo un momento nuevo de equilibrio en el mundo también para las decisiones". Al respecto subrayó que quizá "el viejo esquema que llegó de la post-guerra de la ONU sea demasiado pequeño y sea necesario agrandarlo más", y especificó, por ejemplo, "que estas decisiones sean no con la prevalencia de un voto de alguno que tiene más poder que otro, sino una decisión que sea de todas estas naciones que representan el equilibrio del mundo".
Además afirmó que "nosotros no tenemos el poder de las armas, tenemos el poder de la oración y poder de pedir a Dios". Sobre la vigilia vivida en la plaza de San Pedro comentó que cree que tiene "mucho de este sentido, la fe del Papa, la fe de toda la Iglesia y todas las Iglesias, ya que el Papa ha llamado también a otras religiones diciendo que debemos rezar juntos, y a los hombres y mujeres de buena voluntad". Explica el cardenal João Braz de Aviz, "así es la mentalidad nueva, donde cada uno tiene algo que contribuir con estos grandes ideales".
Finalmente hablando sobre el papel diplomático de la Santa Sede con la crisis siria, el purpurado señaló que sobre todo hay "una conciencia muy fuerte de que la Iglesia está presente" y que "nosotros creemos en esta bondad misericordiosa de Dios que quiere salvar a su pueblo". Del mismo modo, añade, "el Papa en su sencillez representa mucho esto". Por eso, concluyó el cardenal, "más que diplomacia es la capacidad de reunir los grandes ideales que hay en el corazón del hombre y de la mujer".